AMOR O DESIGUALDAD VESTIDA DE AMOR
Enfermería es una profesión mayoritariamente de mujeres
La desigualdad de las mujeres ha estado institucionalizada durante siglos y siglos y luchar contra estereotipos muy enraizados es costoso. Estereotipos, conductas y creencias que con el disfraz de la modernidad aparecen en la música, el cine, las series de TV, los videojuegos y que repetimos inconscientemente en nuestras relaciones personales y familiares haciendo de modelo a los más pequeños de la casa. La violencia contra las mujeres está basada en la desigualdad y es por eso que es tan importante insistir en la prevención y dedicar esfuerzos en actividades de sensibilidad y reflexión que nos permitan avanzar hacia una mejor comprensión del problema. Un problema de muchas mujeres, el cual no saben cómo gestionar en ellas mismas y que es responsabilidad de tod@s si queremos que nuestra realidad como individuos en sociedad, independientemente del sexo con el que nacimos, la continuemos creando como seres humanos y con la humanidad que ello significa. Una humanidad que defendemos desde éste, nuestro proyecto Facilitación Sanitaria y donde trabajamos con nuestras actividades.
La persona maltratadora menosprecia y desvaloriza. Con el tiempo, muchas mujeres acaban por aceptar la imagen de ellas mismas que les dicta el maltratador incluso empiezan a sentirse culpables de las agresiones que padecen. En este proceso, la mujer pierde autoestima llegando incluso a justificar al propio agresor de sus actos. De aquí la importancia de aprender realmente qué es y qué no es amor, así como a amarnos suficientemente primero ( autoestima) como para ser capaces de amar con igualdad a los demás.
Amor no es sufrimiento
El romanticismo de nuestra cultura occidental impregnó la antigua idea de que el amor comporta sufrimiento y todavía hoy está presente en nuestra cultura actual. Existe la idea de que el sufrimiento dignifica y lo convierte en profundo y sublime. Tal y como destacó Denis de Rougemont en su ensayo sobre el amor " la perfección del amor es morir por amor". Afortunadamente empezamos a superar este tópico detrás del cual sólo hay perpetuación de un sistema que hace de la mujer una perpetua sufridora.
¿ Hay amor sin dolor? Sí, claro! Eso es el verdadero amor...
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Ser víctima de violencia de género avergüenza. Avergüenza a quien la padece y avergüenza a toda la sociedad, quizás por eso cuesta tanto de hablar y de que las personas de a pie se impliquen como para actuar a tiempo. Aunque los medios de comunicación hagan eco, continua habiendo una cierta "ley" de silencio a su alrededor. Es curioso, cómo las noticias que frecuentemente tenemos por TV sobre violencia de género, tratan de casos extremos donde la violencia ya es tan grave que se informa de muertes, supongo por un interés de audiencia en las telecomunicaciones. Es más noticia sensacionalista decir que " su marido la mató" a decir que " su exmarido la sigue maltratando a pesar de no convivir juntos" o que "sigue maltratándola vehiculizando el maltrato con los hijos que tienen en común". Según el servicio de inspección del Consejo General del Poder Judicial de España, 8 de cada 10 casos de maltratos continuados no se denuncian hasta que las agresiones son suficientes para que la policía actúe a través de la información que recibe de los centros sanitarios. Y suele ser cuando la gota colma el vaso, que en muchos de los casos, puede llegar a ser tarde. Piensa que cualquier señal de violencia es preocupante, pero en general, se considera que los maltratos empiezan con la llamada violencia psicológica, el objetivo de la cual es conseguir la sumisión de la mujer. Su forma más habitual son las amenazas, los insultos, el menosprecio, la desvalorización y el control en la relación de pareja. Ésta es la forma más extensa de maltrato y muy frecuentemente se vive como un problema privado del cual nadie sabe nada. Y esta es precisamente la forma de violencia de la cual debemos prestar más atención, porque más allá puede haber violencia que incita a "hasta que la muerte nos separe".
¿ Hay amor sin dolor? Sí, claro! Eso es el verdadero amor...
Hablemos, no escondamos y no hagamos ver que no pasa nada
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¿ Cuál es el antídoto?: la libertad y la educación
El antídoto de la violencia de género es la tolerancia cero y la educación de niños y niñas en la igualdad y el respeto a los demás y a uno mismo. Si reconocemos el valor de la libertad y ejercemos el derecho de escoger a nuestros amigos y amigas, nuestras creencias, nuestra manera de vestirnos, de ir por el mundo, de pensar, de opinar, de amar y de ser útiles a los demás, tendremos más recursos para ser libres, amarnos y gozar de la vida desde quienes somos.
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