Con este título mostramos cómo cada vez se va contagiando más y más la humanización en todos los contextos. En hospitales, en centros de atención primaria y en la calle, sí, sí también en la calle.
Hoy os presentamos a Carlos Martorell Campins, técnico en emergencias sanitarias y estudiante de Grado de Enfermería y a María del Castillo Ordoñez, enfermera del Hospital Son Llàtzer.
Nos comparten su visión de la humanización allí donde realizan su asistencia, en la calle y en el hospital, con esta entrada de hoy.
Espero que la disfrutéis y compartáis vuestras reflexiones en forma de comentarios.
En todos los estudios de las disciplinas sanitarias se imparten asignaturas que nos hablan de la empatía y la comunicación.
Da igual si eres Auxiliar de Enfermería, Técnico en Emergencias, Enfermero o Médico. Durante el periodo de formación crees firmemente que las patologías del paciente no son sólo fisiología, y que para recuperarse necesita al profesional y también a la persona que hay tras el uniforme.
En la actualidad, observamos impasibles cuál puede ser la sensación de un paciente tirado en la calle, cuando llega la ambulancia: luces y sirenas, gente con uniforme, pinchazos, dolor y sobretodo, incertidumbre y miedo a morir.
¿Alguien se ha presentado a este paciente?
¿Alguien le ha explicado lo que le estamos haciendo?Subimos al paciente a una camilla, entra en la ambulancia, cada vez observa más cables, tubos, sueros y alarmas que pitan y no sabe por qué.
Este paciente sigue sin saber que le está pasando, generando una angustia horrorosa que seguramente también afecta a su estabilidad hemodinámica. Con una simple explicación de lo que le está pasando, y de cuál es su estado, aumentaríamos su sensación de seguridad, no se sentiría desamparado e incluso sus constantes vitales mejorarían.
Si hacemos un repaso cronológico de la historia de la enfermería, observamos un cambio de paradigma; una primera etapa donde los sanitarios éramos los expertos y el paciente no contaba para nada. Avanzamos llegando a la etapa de integración; donde pasamos a llamar al paciente “cliente” como si él fuera el que ha elegido enfermar. Y ahora en la actualidad empezamos escuchar su opinión, situándonos en un paradigma de transformación dónde el paciente es el actor principal en todos los aspectos, llegando a ser un modelo biopsicosocial.
¿Actuamos igual que pensamos, o hemos retrocedido a la edad media?
Probablemente, nuestra función como cuidadores debería ser centrarnos en el enfermo y no en el órgano ni en la enfermedad, ni tampoco en la técnica.
Por otro lado observamos como la sanidad ha sufrido una tecnificación donde da la impresión que también a nosotros nos ha transformado en máquinas, abandonando “el arte del curar y cuidar”, trabajando como robots y olvidándonos que tras el uniforme somos personas.
Actuemos como tal y regalemos a nuestros pacientes humanidad para su curación y la nuestra.Carlos Martorell Campins (carlosmartorellcampins@gmail.com)Técnico en emergencias sanitarias y estudiante de Grado Enfermería.María del Castillo OrdoñezEnfermera del Hospital Son Llàtzer.
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